¿Qué fue lo que más te sorprendió de tu propio proceso de escritura de La fuerza de la voluntad: quiero, puedo y debo? ¿Hubo algo que descubriste de ti misma al poner tus experiencias en palabras?
Lo que más me sorprendió fue darme cuenta de cuánto había aprendido sobre mí misma y sobre la mente humana a través de mis propias vivencias. Al escribir, me enfrenté cara a cara con mis miedos, mis dudas y mis momentos más difíciles. Fue como mirarme en un espejo sin filtros. Descubrí que muchas de las herramientas psicológicas que comparto en el libro no solo me ayudaron a superar obstáculos, sino que se convirtieron en pilares para fortalecer mi carácter. Escribir fue un ejercicio de introspección profundo que me permitió entender mis emociones y reafirmar mi convicción de que la fuerza de voluntad puede ser transformadora si sabemos cómo cultivarla.
La obra surge de momentos muy intensos en tu vida. ¿Cómo describirías el papel de la escritura como herramienta para enfrentar y comprender situaciones difíciles?
Para mí, la escritura ha sido como un refugio y, al mismo tiempo, una brújula. Es una herramienta que me permite transformar el caos emocional en algo tangible, casi como si organizar las palabras ayudara a organizar mis pensamientos. Cuando he pasado por situaciones intensas, escribir me ha ayudado a procesar lo que sentía, a comprenderme mejor y a darle sentido a lo que estaba viviendo. También tiene algo liberador: poner en palabras lo que te pesa por dentro es como dejarlo salir, como si con cada frase soltaras una carga. Enfrentarme a mis propios textos ha sido revelador porque me muestra verdades que, a veces, no me atrevo a admitir en voz alta. Para mí, la escritura no solo sana, también te da claridad y fuerza para seguir adelante.
¿Crees que el duelo y la superación personal son temas que los lectores pueden encontrar reconfortantes en tu libro? ¿Cómo esperas que ellos conecten con tu historia?
Sin duda, el duelo y la superación personal son temas universales con los que todos, en algún momento, nos enfrentamos. Mi intención al compartir mi historia es que los lectores encuentren en el libro una especie de espejo y una guía. Quiero que sepan que no están solos, que el dolor y la incertidumbre son parte de la vida, pero que también pueden transformarse en fuerza y aprendizaje.
Espero que conecten con la sinceridad con la que hablo de mis experiencias, porque no intento idealizar el proceso de superación: es duro, a veces confuso, pero absolutamente posible. Me gustaría que quienes lean el libro sientan que tienen el poder de tomar las riendas de sus vidas, sin importar las circunstancias. Si mi historia logra darles esperanza o herramientas para afrontar sus propios retos, entonces habré cumplido mi propósito.
¿Qué piensas sobre la relación entre el dolor y el crecimiento personal? ¿Hay algún mensaje especial que te gustaría que los lectores extraigan de tu experiencia en La fuerza de la voluntad?
Creo que el dolor, aunque difícil, tiene el potencial de ser uno de los mayores catalizadores para el crecimiento personal. Es en los momentos más oscuros cuando somos empujados a mirar hacia adentro, a cuestionarnos, y a buscar la fuerza que no sabíamos que teníamos. No se trata de glorificar el sufrimiento, sino de reconocer que cada desafío lleva implícita una oportunidad para aprender, cambiar y avanzar.
El mensaje que me gustaría que los lectores extraigan de La fuerza de la voluntad es que siempre tenemos la capacidad de elegir cómo enfrentamos nuestras circunstancias. El dolor es inevitable, pero quedarnos atrapados en él no lo es. Quiero que sepan que la fuerza de voluntad no surge de un día para otro, sino que se construye paso a paso, tomando decisiones conscientes para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, incluso en medio de la adversidad.
La literatura siempre ha abordado temas de resiliencia y pérdida. ¿Qué autores o libros han sido una inspiración para ti en este sentido?
La resiliencia y la pérdida son temas que resuenan profundamente en la literatura, y hay autores que han sido grandes referentes para mí. Uno de ellos es Viktor Frankl con El hombre en busca de sentido. Su relato sobre encontrar propósito incluso en las situaciones más extremas, como su experiencia en los campos de concentración, me marcó profundamente. Me ayudó a entender que, aunque no podamos controlar lo que nos ocurre, siempre podemos elegir nuestra actitud ante ello.
También me ha inspirado la obra de Marian Rojas, especialmente Cómo hacer que te pasen cosas buenas. Su enfoque en la psicología positiva y la gestión emocional ha sido clave para integrar herramientas prácticas en mi vida y en mi libro. Todos estos autores tienen en común su capacidad para transformar el dolor en aprendizaje y transmitir que, incluso en las circunstancias más adversas, la vida siempre ofrece una oportunidad para crecer y encontrar sentido.
Como amante de la naturaleza y el senderismo, ¿encuentras algún paralelismo entre esas experiencias y tu proceso creativo al escribir
Sí, totalmente. Cuando conecto con la naturaleza, siento que me desconecto del ruido y me conecto conmigo misma, algo que también me pasa al escribir. Ambos procesos son caminos: en la naturaleza descubro paisajes y en la escritura, emociones. Y en los dos aprendo a disfrutar el viaje, con sus momentos buenos y los más difíciles.
Después de haber vivido y escrito sobre momentos tan difíciles, ¿cómo ves el futuro de tu escritura? ¿Tienes en mente alguna otra obra o proyecto que te gustaría explorar?
Creo que mi escritura seguirá siendo una forma de expresar lo que vivo y siento, pero también de conectar con los demás. Después de este libro, quiero explorar historias más personales o ficciones que mezclen emociones profundas con superación. Me gusta la idea de escribir algo que inspire, que toque el corazón de quien lo lea. Tengo en mente algunas ideas, pero todavía están tomando forma…
¿Qué le dirías a aquellos lectores que aún no se han acercado a Cartas a papá y La fuerza de la voluntad? ¿Cómo les animarías a descubrir lo que has plasmado en sus páginas?
Les diría que ambos libros nacen desde lo más profundo de mi corazón y mi experiencia. Cartas a papá es un viaje de emociones, un homenaje a la conexión con quienes amamos y una invitación a reflexionar sobre la vida y el duelo. Por otro lado, La fuerza de la voluntad es una guía para descubrir la fuerza interior que todos tenemos, incluso en los momentos más difíciles. Si buscan historias reales y humanas, llenas de aprendizaje y esperanza, creo que ambos libros tienen algo especial para ofrecerles.
Para finalizar, ¿qué emociones te gustaría que los lectores experimenten al leer tus trabajos? ¿Hay algún mensaje clave que quisieras que se llevaran consigo de cada uno de ellos?
Me encantaría que mis lectores experimentaran empatía, fuerza y esperanza. Que sientan que no están solos en sus luchas y que siempre hay una luz, incluso en los momentos más oscuros. En Cartas a papá, quiero que encuentren consuelo y la valentía para abrazar el amor y la pérdida. En La fuerza de la voluntad, deseo que se lleven la certeza de que somos capaces de superar cualquier obstáculo si nos lo proponemos. El mensaje clave es claro: la vida puede ser dura, pero siempre vale la pena luchar por lo que queremos.
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