Tras una larga carrera en el sector bancario, decidiste embarcarte en la aventura de la escritura de ciencia ficción. ¿Cómo fue ese proceso de transición y qué te motivó a dar ese paso?

    Aunque mi «larga carrera» en el sector financiero podría parecer exitosa, en mí última etapa en realidad fue una carrera de obstáculos, y las mayores dificultades no vinieron del propio trabajo, sino de los “compañeros” del departamento de personal. Trabajar en una de las entidades más grandes y antiguas del país, con raíces en Bilbao y una presencia global, tiene su complejidad, especialmente en tiempos en que la reputación del sector se ha visto afectada. Aunque no es el lugar para profundizar en los detalles, podría ser un tema que explore en el futuro, desvelando los intríngulis de ese «buenrollismo» que se pregona en la banca.

    La escritura siempre estuvo en mi interior, como un río subterráneo de pensamientos intensos que, por falta de tiempo, no había podido liberar. Ahora que estoy retirado (aunque no jubilado), puedo dedicarme por completo a plasmar esas ideas. Mi fascinación por la ciencia y la tecnología me llevó a escribir una novela futurista, donde exploro cómo podría ser el futuro de la humanidad, tanto en la Tierra como más allá de ella. Es un viaje entre la aventura y la reflexión sobre nuestro porvenir como especie.

    «Proyecto Aurora» aborda temas científicos complejos en un futuro no tan lejano. ¿Cómo te preparaste para escribir sobre ciencia ficción Hard y cuál fue el mayor desafío a la hora de mantener el equilibrio entre la precisión científica y la narrativa emocionante?

      Es cierto que Proyecto Aurora trata temas científicos complejos, y dado que provengo del mundo bancario, podría parecer sorprendente que no haya adquirido esos conocimientos de la misma manera que lo haría un científico. Sin embargo, hoy en día, esos conocimientos están al alcance de cualquiera que tenga la curiosidad y la disposición para investigar. Una de mis principales fuentes ha sido el programa A hombros de gigantes, presentado por Manuel Seara Valero, en formato podcast. Este programa, que recomiendo a todos los interesados en la ciencia y la tecnología, me ha brindado una visión profunda y accesible sobre muchos de los temas que abordo en la novela.

      Aunque A hombros de gigantes fue clave, también me apoyé en otros recursos y lecturas para dar consistencia a los aspectos científicos de la obra. En cuanto al equilibrio entre la aventura y la ciencia, fue uno de mis mayores retos. Como me comentó un amigo, «toda buena novela necesita una relación amorosa y un antagonista que complique las cosas», y creo que logré incorporar esos elementos sin descuidar la rigurosidad científica.

      Eso sí, serán los propios científicos quienes deberán juzgar si he alcanzado ese equilibrio. De hecho, he enviado algunos ejemplares a investigadores del CSIC para solicitar su opinión, y estoy a la espera de sus valoraciones. Como escritor, confío en que sabrán valorar que, aunque la ciencia es una parte fundamental de la trama, la novela sigue siendo una obra de ficción y no un manual técnico detallado.

      Como amante de la ciencia y la filosofía, ¿cómo influye tu pasión por el conocimiento y el pensamiento crítico en la construcción de tus personajes y tramas? ¿Hay alguna idea filosófica que particularmente te inspire en tus escritos?

        Es una pregunta muy interesante. En Proyecto Aurora, la filosofía está presente, aunque de manera sutil. No es un tema central, pero estoy seguro de que en ciertos pasajes los lectores podrían cuestionarse si lo que ocurre es ético o no. Un ejemplo claro es la manipulación genética, que en la actualidad es un tema altamente controvertido. En mi novela, la he abordado desde el punto de vista del bien común para la humanidad. En ciertas situaciones, como la colonización de un nuevo mundo lleno de incógnitas y posibles enfermedades desconocidas, podría ser esencial para la supervivencia y el desarrollo de nuestra especie. Aun así, prefiero no profundizar demasiado en este tema, ya que será parte de la trama en mi segunda novela, la cual continuará la historia de Proyecto Aurora.

        En cuanto a la influencia filosófica en mis escritos, podría decir que el estoicismo ha jugado un papel importante. Desde Zenón, el fundador de la corriente, pasando por Epicteto y, por supuesto, Séneca y las profundas reflexiones de Marco Aurelio. Este enfoque filosófico, que aboga por la aceptación de la adversidad y el control de nuestras reacciones ante los desafíos, resuena en muchos de mis personajes y en las decisiones que deben tomar frente a las complejidades del universo que exploro en mis tramas.

        En tu obra, los personajes enfrentan no solo desafíos tecnológicos y científicos, sino también dilemas éticos y políticos. ¿Qué importancia tiene para ti explorar estos temas en el contexto de la ciencia ficción?

          Los dilemas éticos en Proyecto Aurora no se limitan solo a los humanos, sino que también los extiendo a las IAG (Inteligencias Artificiales Generales), o lo que otros llamarían androides humanoides. Hay un capítulo en particular donde estos seres llegan a filosofar sobre lo que significa vivir e incluso sobre la posible existencia de un creador superior, lo que abre un interesante debate sobre la naturaleza de la conciencia.

          En cuanto a los dilemas políticos, traté de no inclinarme hacia una postura específica. A diferencia de la realidad, he optado por mostrar un futuro más positivo, donde la humanidad ha alcanzado una concordia y paz generalizada en el año 2075. Sin embargo, al finalizar la novela, me di cuenta de que este escenario tiene más de utopía y fantasía que la propia ciencia y tecnología que planteo en la historia. Es curioso, ya que la ciencia y la tecnología en Proyecto Aurora me parecen más plausibles que la situación política idealizada que propongo.

          Obra de Jesús García López.

          A lo largo de los años, ¿qué libros o autores de ciencia ficción y divulgación científica han dejado una huella en ti? ¿Hay alguno en particular que te haya inspirado para «Proyecto Aurora»?

            Uno de los autores que más me ha influido es Brandon Q. Morris. Aunque en sus novelas desborda imaginación con los escenarios que plantea, siempre he admirado el rigor científico con el que aborda sus historias. Precisamente eso es lo que a menudo he echado de menos en muchas novelas, series y películas de ciencia ficción, donde la ciencia se sacrifica en favor de la fantasía o la ficción. No tengo nada en contra de ese tipo de entretenimiento, ya que cumple su función, pero para aquellos que tendemos a cuestionarnos lo que vemos y leemos, quedan muchas preguntas sin respuesta. Morris, en cambio, logra equilibrar la creatividad con la precisión científica, algo que intento replicar en Proyecto Aurora.

            En cuanto a qué libro dejó una huella profunda en mí, sin duda fue La nave estelar, de Brian W. Aldiss. Es una novela que no solo presenta una trama intrigante, sino que también explora conceptos filosóficos como la identidad, el propósito y la naturaleza del conocimiento. Estos temas han resonado conmigo desde que era joven y, de alguna manera, influyeron en mi enfoque al escribir ciencia ficción.

            Como escritor que comienza su andadura en el mundo editorial, ¿qué ha sido lo más sorprendente o desafiante de este proceso de publicación independiente en Amazon? ¿Qué le dirías a otros autores que están considerando este camino?

              Cada autor tiene su propio enfoque y necesidades a la hora de publicar, por lo que no creo que haya una única fórmula que funcione para todos. En mi caso, me decidí por Amazon debido a la facilidad con la que puedes autopublicar y la posibilidad de llegar a millones de lectores con un solo clic. Sin embargo, no estoy en posición de afirmar que este camino sea mejor que otros. El éxito de una decisión solo se mide con el tiempo, y puede que incluso, después de haberlo logrado, sigas cuestionando si elegiste el mejor método, un poco como cuando te colocas en una fila y siempre parece que la otra avanza más rápido.

              A otros autores que estén considerando esta opción les diría que lo importante es empezar. Amazon te da la oportunidad de publicar de forma sencilla, pero si ese camino no es el adecuado, siempre puedes retroceder y probar otra ruta. La clave está en confiar en ti mismo y no temer equivocarte. Eso sí, si eres joven, mi consejo es que no te precipites en intentar vivir de la escritura desde el principio. La escritura no debería ser tu única meta financiera, sino una consecuencia de tu pasión y dedicación. Mantén otras fuentes de ingresos mientras creces como autor.

              ¿Podrías compartirnos un poco sobre tu rutina de escritura? ¿Tienes algún ritual o método que sigas para mantener la creatividad y la disciplina al escribir?

                La verdad es que no tengo rituales específicos. He escuchado que algunos escritores eligen una hora fija del día, usan la misma ropa o se aíslan en lugares remotos para escribir. Incluso leí que Víctor Hugo escribía desnudo y hacía que sus sirvientes le escondieran la ropa para obligarse a concentrarse en su trabajo. En mi caso, no llego a tanto, pero podría decir que mi «ritual» empieza después de una caminata de más de hora y media por la naturaleza, justo después de desayunar. Durante ese tiempo suelo escuchar música clásica, y es cierto que algunas ideas me vienen a la mente mientras camino. Al regresar a casa, las anoto y las desarrollo más tarde, aunque creo que las ideas podrían haber surgido haciendo cualquier otra cosa. Lo esencial es tener clara la historia, crear personajes sólidos y simplemente empezar a escribir. Cada día, retomo justo donde lo dejé la jornada anterior y continúo.

                Para mí, la clave es la constancia. Si un día surge algún imprevisto y no puedo escribir, lo hago al día siguiente. Creo que si conviertes la escritura en una obligación, termina perdiendo la pasión. Es un proceso que debe disfrutarse, no forzarse.

                Por último, ¿qué esperas que los lectores se lleven después de leer «Proyecto Aurora»? ¿Hay algún mensaje o reflexión que consideres esencial y que quieras transmitir a través de tu obra?

                  Lo que más deseo es que los lectores abran su mente a la posibilidad de que, quizás no ellos, pero tal vez sus nietos o los nietos de estos, serán testigos del momento en que la humanidad dé el salto definitivo hacia las estrellas y colonice otro planeta cercano. Me gusta pensar en ello como una especie de retorno: somos polvo de estrellas que llegó a la Tierra a través del espacio, y ese mismo polvo, multiplicado en forma de tecnología y vida, podría regresar al cosmos para expandirse a otros mundos. No tendríamos que esperar miles de millones de años para que la vida siga su curso evolutivo, porque los humanos seremos capaces de acortar ese tiempo en un 99%.

                  Aunque el universo parece infinito y en constante expansión, es nuestra responsabilidad seguir explorando y ampliando nuestro conocimiento. Al hacerlo, también debemos plantearnos la posibilidad de buscar nuevos hogares, por muy lejanos que parezcan. La ciencia y la tecnología nos llevarán allí, y para ese fin, quizás debamos ser un poco más flexibles en cuanto a las restricciones éticas en la investigación. Si nuestro objetivo es tan noble como preservar la vida y expandirla más allá de la Tierra, entonces podríamos permitirnos avanzar sin tantas limitaciones.

                  El mensaje que quiero transmitir con Proyecto Aurora es contagiar ese deseo de seguir avanzando en el conocimiento, para que algún día podamos regresar a las estrellas de donde vinimos.

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