Antonio, tu novela «El Destino Invencible» ha sido muy bien recibida. ¿Cómo surgió la idea para esta historia y qué te inspiró a explorar la España rural de la posguerra?
Pues la verdad que sí, incluso mejor de lo que esperaba. Sin hacer demasiada campaña promocional y luchando con las grandes editoriales, ha conseguido llegar a muchos lectores.
La historia surge a raíz de presentarme a un concurso de relatos. Yo ya había escrito algunas cosillas anteriormente y no sabía que aquel relato sería la primera piedra para lo que más tardes sería El Destino Invencible. Siempre me ha interesado la historia, y concretamente la de mi pueblo, sobre todo en esa época negra de la Guerra Civil y la posguerra y aquel inicio de relato, me inspiró para desarrollar la historia de Salvador.
En tu libro, el protagonista Salvador Sánchez Romero vive una serie de acontecimientos que parecen estar guiados por una fuerza superior. ¿Cómo construiste el personaje de Salvador y cómo elegiste los eventos que marcarían su vida?
Como te comentaba, aquel relato quedaba muy abierto para poder desarrollar una historia mayor y para llegar a esa situación inicial del primer capítulo, el personaje de Salvador tenía que construirse en base a todos esos acontecimientos que le van marcando su vida para que la situación final fuese creíble y acorde al planteamiento inicial. Para ello, era necesario una documentación profunda de todos esos periodos y circunstancias y que todas esas piezas pudiesen encajar a la perfección.
La historia de Salvador se desarrolla en un periodo histórico muy concreto. ¿Qué investigaciones realizaste para asegurar la precisión histórica de tu novela y cómo influenció esto en la narrativa?
Tenía una premisa muy importante, es un periodo que yo no he vivido de primera mano, por lo que la documentación era fundamental. No solo para dar datos correctos sobre los sucesos de la época, sino también la forma de vivir de las personas en aquella época en una zona rural. Además de las vivencias que siempre te cuentan familiares y amigos, he leído a historiadores como Fernando Romero, Manuel Jiménez o Diego Caro entre otros que han documentado muy bien la Guerra Civil y la represión del franquismo en las zonas rurales y en la Sierra de Cádiz.
La literatura siempre fue un aliado para muchos escritores en tiempos de guerra. Y son esos relatos los que hoy en día nos ayudan a entender un poco mejor qué sucedió en aquella época.
Además de la documentación histórica de esos historiadores que he mencionado anteriormente, he leído a muchos autores que han utilizado su influencia y visibilidad para denunciar la violencia y la represióndurante la dictadura franquista e hicieron de la palabra escrita su particular arma. Por eso, escribir una novela costumbrista fue para mí todo un reto.
Tu obra aborda temas de destino e inevitabilidad. ¿Qué mensaje esperas que los lectores se lleven después de sumergirse en la vida de Salvador?
Como he comentado en otras ocasiones, el componente de inevitabilidad era fundamental en la historia de Salvador. El destino tenía que ser una pieza fundamental para poder entender los porqués de su traumática vida. El mensaje que pretendo trasladar es que nada ocurre por azar, que nuestras vidas están determinadas y que podemos luchar contra él, como luchó Salvador a lo largo de su vida, pero al final, la partida siempre la ganará el destino.
La vida en la España rural de posguerra es el escenario principal de tu novela. ¿Qué desafíos encontraste al retratar este entorno y cómo crees que contribuye al desarrollo de la historia?
Volviendo a lo que decía antes, al ser una época que desconocía de primera mano, sí tenía muy claro que los escenarios en los que transcurriera la historia sí tenía que conocerlos. Era fundamental retratar los lugares, y esa España rural, sí me era más fácil describirla. Como cualquier novela histórica, hay que afinar muy bien en las ciudades y lugares por los que trascurre la historia. Hay que ser muy precisos con cualquier detalle. Por ejemplo saber con exactitud el nombre de calles que en 1944 tenían otro nombre. O detalles tan significativos como el precio de la prensa en aquel momento o cuanto costaba un café en cualquier bar de Madrid. Para mí ha sido un desafío importante y a la vez muy pedagógico. Bajo mi punto de vista, es algo clave para que la historia sea creíble.
Sabemos que compaginas tu pasión por la literatura con el asesoramiento laboral y fiscal. ¿Cómo logras equilibrar estas dos facetas de tu vida y qué te aporta cada una?
Es difícil compaginar cualquier trabajo con escribir, pero se intenta. Sobre todo sacando ratos libres los fines de semana para poder escribir lo que mentalmente se va creando. Trazo cada capítulo de forma mental antes de plasmarlo, y eso me hace aprovechar el poco tiempo que tengo. La lectura y la escritura, sobre todo, lo que me aporta es desconexión del trabajo. Es una de las mejores herramientas para desconectar del día a día y de los problemas diarios. Es una vía de escape como pude ser cualquier otro hobbies o como lo ha sido el deporte en otras ocasiones.
¿Podrías contarnos algo sobre tu próximo proyecto literario? ¿En qué estás trabajando actualmente y qué podemos esperar de tu futura obra?
Pues sí, os puedo adelantar que ya estoy de lleno con mi próximo proyecto literario. Vuelve a ser una novela. Tengo otras cosas aparcadas, pero lo siguiente será otra novela. Está bastante avanzada y espero que en 2025 pueda ver la luz. Como siempre digo, dependerá de los plazos editoriales y si la presento a algún concurso o no.
Pues la verdad, espero que sea por lo menos del mismo agrado para los lectores que lo ha sido El Destino Invencible, la cual me sigue dando alegrías. Son textos muy distintos, porque no me gusta encasillarme en un género, pero sí habrá un podo de todo. De novela histórica, de misterio, de thriller e incluso de amor. Y sobre todo, espero que se note avances en ese proceso de maduración que todo autor persigue.
Finalmente, para nuestros lectores que están buscando recomendaciones, ¿hay algún libro o autor que te haya influenciado y que te gustaría recomendar?
Es difícil quedarse con un libro o autor. Yo trato siempre aprender de cada lectura, porque no hay libro malo, todos tienen algo, pero sí es cierto que leí un libro hace muchos años EL TÚNEL de Ernesto Sábado que me marcó. Soy un amante de la literatura de García Márquez y cualquiera de él podría recomendar. Los últimos años he leído mucho a otra de mis autoras favoritas, la gran Almudena Grandes, la que me ha marcado mucho a la hora de escribir una novela histórica. Pero hay un autor que recomendaría encarecidamente para cualquier aficionado o lector que se esté iniciando en el mundo de la lectura, y no es otro que el desaparecido Carlos Ruiz Zafón. Uno de los autores españoles más vendidos de la historia y que ha enganchado a la lectura a cientos de miles de lectores.
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