- Aramís es una mujer fuerte que enfrenta el dolor y las adversidades con valentía. ¿Qué tan importante es para ti, como autora, visibilizar el papel de las mujeres en contextos de lucha y resistencia?
Es fundamental para mí visibilizar el papel de las mujeres en contextos de lucha y resistencia, porque sus historias suelen quedar eclipsadas en las narrativas tradicionales. Las mujeres han sido piezas clave en los procesos de cambio social, desde liderar movimientos hasta sostener comunidades en medio del caos, y muchas veces su valentía es subestimada o silenciada.
Con Aramís, quería retratar a una mujer que encarna esa fortaleza cotidiana: una resiliencia que no es grandilocuente, sino profundamente humana. Es alguien que se enfrenta al dolor, a la pérdida y a la incertidumbre, pero que también encuentra maneras de construir esperanza y significado en medio de la devastación.
Además, visibilizar estas historias no solo honra a las mujeres que han luchado en silencio, sino que también desafía estereotipos y abre espacio para que más personas se inspiren en ellas. Es un recordatorio de que la resistencia tiene muchas formas, y que las mujeres son, y siempre han sido, protagonistas esenciales en la transformación del mundo.
- Tu obra busca sensibilizar y generar reflexión sobre problemas actuales como los conflictos armados y la migración. ¿Cómo crees que la literatura puede contribuir a cambiar la percepción de estas realidades?
La literatura tiene un poder único para humanizar realidades complejas y acercar a los lectores a experiencias que, de otro modo, podrían parecerles lejanas o incomprensibles. Al contar historias que abordan problemas como los conflictos armados y la migración desde una perspectiva íntima y emocional, los libros pueden romper barreras de indiferencia y prejuicio, creando puentes de empatía.
Creo que la literatura puede cambiar la percepción de estas realidades al darle voz a quienes muchas veces no la tienen. Los lectores pueden entender que detrás de cada estadística hay historias de vida, sueños truncados y una lucha por la dignidad y la esperanza. Esto permite que temas abstractos como la migración o los conflictos dejen de ser meros titulares y se conviertan en experiencias humanas tangibles.
Además, la literatura también puede generar preguntas profundas, sacudir conciencias y abrir debates sobre las causas estructurales de estas problemáticas. No solo sensibiliza, sino que también inspira acción, ya sea desde el activismo, el cambio de actitudes o simplemente viendo al «otro» con una nueva perspectiva de respeto y humanidad. Por eso, creo firmemente que las palabras tienen la capacidad de transformar realidades, comenzando por cambiar corazones y mentes.
- La obra aborda temas como el desamor, los desafíos personales y la lucha por sobrevivir. ¿Qué mensaje esperas transmitir a los lectores a través de las vivencias de Aramís?
A través de las vivencias de Aramís, espero transmitir un mensaje de resiliencia, autenticidad y esperanza en medio de la adversidad. La vida de Aramís está marcada por el desamor y los desafíos personales, pero su capacidad para levantarse, enfrentar sus miedos y encontrar fuerza incluso en los momentos más oscuros refleja que, aunque la vida puede ser dura e impredecible, siempre hay espacio para reconstruirse.
Quiero que los lectores vean en Aramís un reflejo de las luchas internas y externas que todos enfrentamos en algún momento, y que entiendan que esas pruebas, aunque dolorosas, también pueden ser oportunidades para el crecimiento personal. Aramís no es perfecta ni invulnerable; es humana, y en su humanidad reside su poder. Su lucha por sobrevivir y encontrar sentido a su dolor nos recuerda que, incluso en las circunstancias más difíciles, podemos encontrar pequeñas luces de esperanza que nos guían hacia adelante.
El mensaje central es que la lucha, tanto interna como externa, puede ser transformadora. No se trata de evitar el dolor o las caídas, sino de aprender de ellas, encontrando en la conexión con otros y en la propia fortaleza interior las herramientas para seguir adelante.
- Has trabajado temas como la igualdad de género y el apoyo a víctimas vulnerables. ¿Cómo influyó tu formación en estos ámbitos en la construcción de la trama y los personajes de tu novela?
Mi formación en temas de igualdad de género y apoyo a víctimas vulnerables ha sido importante en la construcción de la trama y los personajes de mi novela. Estas experiencias me han permitido comprender las desigualdades estructurales y el impacto que tienen en las vidas de las personas, especialmente en las mujeres y quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
En la novela, quise reflejar estas realidades de manera honesta, pero también destacar la resistencia, la fortaleza que las personas encuentran incluso en circunstancias extremas. Los personajes están inspirados en historias reales de quienes luchan por recuperar su voz, su dignidad y su autonomía.
La trama también explora cómo las estructuras sociales influyen en las decisiones individuales, pero sin perder de vista la capacidad humana de desafiar esas estructuras y crear nuevos caminos. Mi formación no solo me dio herramientas teóricas, sino una sensibilidad que me permitió abordar estos temas desde un lugar de respeto y compromiso, con el deseo de invitar a los lectores a reflexionar y, quizá, a actuar.
- La novela incluye escenas ambientadas en lugares como Gaza o Ucrania. ¿Cómo fue el proceso de investigación para retratar estos escenarios y las experiencias de las víctimas de forma tan realista?
El proceso de investigación para retratar lugares como Gaza o Ucrania y las experiencias de las víctimas fue exhaustivo y profundamente cuidadoso. Quería asegurarme de que cada escenario y cada vivencia se sintieran auténticos, respetando la complejidad y la humanidad de quienes viven esas realidades.
Además, indague en la cultura de cada lugar: las tradiciones, las comidas y los pequeños detalles que conforman el día a día incluso en medio del caos. Esto me ayudó a dar vida a los escenarios, no solo como telones de fondo para la trama, sino como espacios llenos de matices y humanidad.
Mi prioridad fue capturar no solo los hechos, sino también las emociones, el entorno y la vida cotidiana en medio del conflicto.
A través de estos escenarios, busqué invitar a los lectores a empatizar, reflexionar y, sobre todo, conectar con las historias individuales detrás de las grandes crisis globales.
- Jinwar, la aldea de mujeres, es un lugar que transmite esperanza y fuerza colectiva. ¿Por qué decidiste incluir este tipo de comunidad en la historia y qué significa para ti como autora?
Decidí incluir una comunidad como Jinwar en la historia porque simboliza una resistencia transformadora y una alternativa tangible a las estructuras opresivas que muchas mujeres enfrentan en contextos de conflicto. Jinwar no es solo un refugio, sino un espacio de empoderamiento colectivo donde las mujeres reconstruyen sus vidas desde la solidaridad, la autonomía y el apoyo mutuo. Esto lo convierte en un poderoso símbolo de esperanza y de la capacidad humana para crear comunidades resilientes en medio del caos.
Como autora, Jinwar representa un homenaje a las mujeres que, incluso en los momentos más oscuros, encuentran formas de reinventarse y de construir un futuro diferente. Quería explorar cómo la fuerza colectiva puede sanar heridas individuales y cómo la cooperación puede ser una respuesta efectiva a los desafíos que parecen insuperables. Para mí, incluir esta aldea fue una manera de imaginar posibilidades: un lugar donde las mujeres no solo sobreviven, sino que prosperan al redefinir sus propias reglas y relaciones.
Además, Jinwar encarna la idea de que el cambio no siempre ocurre desde grandes movimientos políticos, sino también desde pequeñas comunidades que desafían el statu quo y ofrecen nuevos modelos de convivencia. Al incluirlo en la novela, espero inspirar a los lectores a reflexionar sobre el poder de las comunidades, la importancia del apoyo mutuo y la posibilidad de construir realidades más equitativas desde lo local y lo humano.
- ¿Qué libros o autores te han inspirado como escritora? ¿Hay alguna obra que sientas que marcó especialmente tu forma de ver el mundo o de escribir?
Me considero una escritora autodidacta y que no tengo ninguna influencia directa de otros autores.
Aunque indirectamente, como lectora, uno de mis escritores favoritos es Alberto Vázquez-Figueroa. Su habilidad para combinar aventuras apasionantes con temas sociales y políticos me marcó profundamente. Libros como Ébano o Tuareg no solo me transportaron a paisajes exóticos y realidades desconocidas, sino que también me hicieron reflexionar sobre la desigualdad, la resistencia humana y el impacto de las estructuras de poder.
Lo que más admiro de su obra es su capacidad para retratar personajes que, aunque enfrentan desafíos monumentales, conservan una dignidad y un sentido de lucha que los hace inolvidables. Su enfoque en comunidades marginadas y su crítica hacia las injusticias sociales me inspiraron a abordar temas complejos y a dar voz a quienes a menudo son silenciados.
- Después de «Aprendiendo a sobrevivir», ¿tienes nuevos proyectos literarios en mente? ¿Podemos esperar que sigas explorando temas sociales y humanos en futuras publicaciones?
Después de Aprendiendo a sobrevivir, es posible que vaya más lentamente en mis creaciones, pues se trata de un proceso agotador que supone un desgaste en todos los sentidos.
Aunque tengo algunos proyectos literarios en mente, quizás en forma de relatos cortos, muchos de los cuales seguirán explorando temas sociales y humanos, con nuevas perspectivas y enfoques.
La escritura para mí es una forma de continuar cuestionando y profundizando en las realidades que nos rodean, y siempre estoy buscando nuevas maneras de contar historias que reflejen tanto los desafíos como las posibilidades de cambio que existen en el mundo.