El problema es pensar que tienes tiempo - Queleer.es

Desde las primeras líneas de El problema es pensar que tienes tiempo tuve la sensación de estar ante una obra que no solo busca contar una historia, sino provocar un movimiento interior real. La novela arranca con una premisa tan clara como demoledora: Perséfone, una mujer aparentemente corriente, recibe un diagnóstico que convierte cada minuto en un territorio urgente. Más que hablar de la muerte, habla de la vida que se escapa cuando creemos que siempre habrá un mañana.

La lectura fluye con una naturalidad sorprendente. El autor maneja un estilo limpio, depurado, que no necesita artificios para emocionar. La prosa es cercana, transparente y tremendamente efectiva, capaz de sostener la intensidad sin caer en excesos. Cada capítulo avanza con una cadencia que empuja a seguir leyendo, casi sin darte cuenta.

El problema es pensar que tienes tiempo
El problema es pensar que tienes tiempo – Fran López Castillo

Hay un mérito notable en la construcción de la voz narrativa. López Castillo escribe desde un lugar honesto, íntimo y sin adornos innecesarios, y esa sinceridad impregna cada escena. No subraya lo evidente; deja espacio para que el lector conecte desde su propia experiencia. Y esa es la clave del impacto emocional del libro.

Perséfone es un personaje construido con sensibilidad y precisión. Su evolución resulta tangible, coherente y llena de matices. Su despertar es íntimo, silencioso, profundamente humano. A través de ella se articula un mensaje que cala: la vida no admite aplazamientos eternos.

La estructura de la novela, aparentemente sencilla, funciona como un vehículo perfecto para el mensaje. No busca sorprender, sino decir la verdad. Y lo hace con una claridad que desarma. Los diálogos suenan naturales, y las escenas cotidianas adquieren un valor simbólico que sostiene la reflexión central: el ahora es lo único que tenemos asegurado.

Lo más poderoso del libro es su efecto espejo. Mientras lees, te descubres revisando tus propios “algún día” y todas esas decisiones pospuestas. Ahí es donde la novela golpea con más fuerza. No se limita a emocionar: te mueve, te incomoda, te empuja a actuar.

¿Su aparente sencillez argumental? Más que una carencia, es una elección narrativa acertada. El mensaje necesita espacio y claridad, y el autor se las concede. La fuerza de esta historia está en la emoción y en la verdad que transmite, no en fuegos artificiales estructurales.

En definitiva, Fran López Castillo entrega una novela que se lee rápido, pero permanece durante días. Un libro necesario para cualquiera que sienta que vive en piloto automático. Una invitación luminosa —y urgente— a despertar, a priorizar, a vivir con intención.

Una obra emotiva, honesta y transformadora. Un recordatorio directo de que el tiempo es ahora.


Desde Queleer.es te recordamos que los libros de Fran López Castillo sólo se venden desde su web, ya que él afirma que es el único modo de poder vivir de escribir. Te dejamos el enlace debajo, con envío gratis y regalos.

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Por María Vélez

María Vélez es periodista cultural especializada en literatura contemporánea. Desde hace más de una década cubre novedades editoriales, entrevista a autores emergentes y analiza tendencias que marcan el pulso del panorama literario. Su estilo combina rigor, mirada crítica y una sensibilidad especial para descubrir voces nuevas.

3 comentarios en «El problema es pensar que tienes tiempo: un recordatorio brutal de que el tiempo no espera»
  1. No puedo estar más de acuerdo con María Vélez, es un libro excelente, despertó mi curiosidad desde el primer instante, padezco una enfermedad rara y en cierto modo me sentí identificada… incluso estoy pensando en tatuarme la famosa frase de “ Mortem Morí”, me hizo reflexionar sobre lo realmente importante, el tiempo…..

  2. Estoy al 100% con tus palabras. Este fue el primer libro de Fran que llegó a mis manos y después de leerlo me llegó tan adentro que corrí a comprar los otros que había editado.
    Fran tiene una narrativa muy sencilla y cotidiana. Cualquiera puede ser uno de sus personajes y es de esa forma que entras en sus libros, te absorven y te los comes

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