Teresa Valencia del RincónTeresa Valencia del Rincón

¿Recuerdas el momento en el que surgió la primera chispa de inspiración para Iris? ¿Qué fue lo que te llevó a lanzarte a escribir esta historia?

Iris nació a raíz de una experiencia personal. A partir de ahí, combinando vivencias con imaginación, la historia fue tomando forma. Fui hilando, creando, investigando… y me dejé llevar. Desde el principio supe que valía la pena, porque me hacía sentir una mezcla intensa de emociones. Creo que son las mismas que deberían experimentar quienes se aventuren a leerla.

Has tocado géneros como lo sobrenatural, la aventura o el romance… ¿Qué tipo de historias te gusta más leer en tu tiempo libre? ¿Tienes algún autor o autora de referencia que nunca falla?

Me encanta poder disfrutar de un amplio abanico de géneros sin sentir la necesidad de encasillarme en uno solo. Eso sí, según mi estado emocional, una inquietud interior o si busco una inspiración concreta, suelo decantarme en un momento dado por un género específico.

A veces incluso releo libros de autores como Julio Verne, J. J. Benítez, Carlos Castaneda o Saint Germain. Últimamente, siento una gran inclinación por descubrir a autores y autoras que están comenzando a destacar, como Laura Gallego, Victoria Álvarez, Iria G. Parente y Selene M. Pascual en el ámbito nacional, o autores internacionales como V.E. Schwab, Holly Black, Alice Kellen o Jennifer L. Armentrout.

El mundo literario es un océano de aguas bravas, y navegar por él no es sencillo. Leer y apoyar a estos escritores emergentes es, para mí, una forma de reconocimiento que considero necesaria.

Tu dominio de varios idiomas te permite leer a muchos escritores en versión original. ¿Hay alguna obra que te haya marcado especialmente por cómo está escrita o por la historia que cuenta?

Supongo que, como muchos, me he sentido muy atraída por sagas de fantasía y magia como Harry Potter, Crepúsculo o Memorias de Idhún, de Laura Gallego. También me han marcado profundamente obras como Alas de ónix, de Rebecca Yarros; Out of Africa, de Karen Blixen; Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell; Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes; El nombre de la rosa, de Umberto Eco; sin olvidar a Agatha Christie, Guerra y paz, de Tolstói; El conde de Montecristo, de Alexandre Dumas; Orgullo y prejuicio, de Jane Austen; o Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach.
Podría seguir mencionando muchos más. Estoy segura de que me dejo en el tintero numerosas obras que también me han marcado profundamente.

Teresa Valencia del Rincón,
Teresa Valencia del Rincón

¿Eres de las que tiene mil ideas en la cabeza o te concentras en una historia a la vez? ¿Cómo organizas tu proceso de escritura?

Siempre he escrito varios libros a la vez; es algo que no puedo evitar. Me he limitado en cuanto al número, pero de vez en cuando me encanta poder concentrarme en tramas completamente diferentes. Puede parecer complicado, pero para mí no lo es. Es como ver una película o una serie: al retomarla, siempre sabes dónde te quedaste para continuar.

Con respecto a mi proceso de escritura es una combinación de estructura y libertad. Por lo general, empiezo con una idea central o una escena muy vívida que no me suelta. A partir de ahí, construyo un esquema básico de la historia —muy flexible— y dejo que los personajes me guíen. Me gusta descubrir partes del argumento sobre la marcha, como si yo misma estuviera explorando su mundo.

Trabajo en sesiones largas cuando puedo, sumergiéndome por completo, aunque también aprovecho cualquier momento de inspiración para anotar ideas. No escribo todos los días, pero cuando estoy inmersa en un proyecto, me resulta difícil desconectar.

Además, suelo tener una libreta o archivo donde anoto pensamientos, frases o giros de trama que se me ocurren, incluso aunque no encajen en lo que estoy escribiendo en ese momento. Con el tiempo, muchas de esas semillas germinan.

Para mí, escribir no es solo planificar: es escuchar a los personajes, sentir sus emociones y dejar que la historia respire. Creo que para escribir hace falta corazón, por eso siempre lo hago con plena concentración y entrega. Eso sí, cuando llega el momento de revisar, me vuelvo meticulosa y exigente.

Publicar un libro es una experiencia intensa. ¿Cómo viviste tú el proceso de publicación de Iris? ¿Qué fue lo más bonito… y lo más complicado?

Había tenido muy malas experiencias con otras editoriales anteriormente, por lo que estaba algo reticente a volver a confiar en una. Pero debo admitir que la Editorial Círculo Rojo ha sido totalmente transparente y me ha acompañado en todo el proceso. Me he sentido muy apoyada y comprendida.

Lo más bonito ha sido el trabajo realizado para la creación de la portada de Iris. Tenía un boceto y las ideas muy claras, y la diseñadora supo darle un toque magistral. Quedó tal y como yo la imaginaba. Y es que esa portada es Iris, tal y como la veo en mi mente.

Ver el resultado final ha sido lo más emocionante de todo.

Sin duda, lo más complicado para mí fue todo lo relacionado con el marketing. Escribir es algo que me nace de forma natural, pero dar a conocer el libro, preparar una estrategia, pensar en cómo llegar a los lectores… eso ha sido un verdadero reto.

Al principio me sentía algo perdida, como si tuviera que aprender un nuevo idioma. Pero poco a poco fui descubriendo que también en ese proceso hay creatividad: desde cómo presentar la historia hasta cómo conectar con quienes la leen. Aunque sigue siendo un desafío, he aprendido muchísimo y estoy agradecida por cada paso.

También colaboras en proyectos solidarios y con revistas sobre salud o mascotas. ¿Cómo te influye todo ese mundo en tus historias? ¿Crees que te inspira de algún modo?

Hace más de dieciséis años que soy presidenta de una asociación nacional de enfermedades endocrinas. No es una labor altruista fácil, porque requiere constancia, saber escuchar, ser capaz de implicarse, investigar y, sobre todo, estar dispuesta a dedicar todo el tiempo posible para ayudar a los demás.

Escribir para revistas sobre salud, hábitos saludables y mascotas, sin lugar a duda, me ha enriquecido tanto a nivel personal como en mi faceta de autora. Precisamente esta experiencia me ha llevado a plantearme escribir un libro sobre algunas de las enfermedades endocrinas raras que representa la asociación. Puede que algún día lo haga.

Cuando estás bloqueada o simplemente no te apetece escribir, ¿tienes algún truco que te ayude a reconectar con la historia?

Lo que más me suele funcionar para reconectar con la historia es releer algunas de las últimas páginas que he escrito, o incluso todo lo que llevo escrito hasta el momento. A partir de ahí, se activa mi proceso creativo interno y la inspiración comienza a fluir.

Si no me apetece escribir, no lo hago. No me gusta obligarme, porque creo que eso puede perjudicar a la historia que estoy desarrollando. Prefiero escribir cuando me siento verdaderamente inspirada.

No creo en los bloqueos creativos: para mí, son simplemente un obstáculo mental que nos imponemos. Para superarlo, hay que cambiar de perspectiva. A veces basta con escuchar música que te emocione o ver una película o serie sobre un tema similar al que estás trabajando.

La inspiración no siempre llega sola… A veces, hay que darle un pequeño empujón.

Por último, ¿qué libro recomendarías ahora mismo a quien haya disfrutado Iris y quiera seguir viajando por mundos mágicos y emocionantes?

Recomendaría Memorias de Idhún, de Laura Gallego, porque creo que quienes disfrutaron de Iris se sentirán atraídos por su mundo mágico. Y si quieren seguir explorando mis historias, quizá también les guste Washja, una novela que profundiza en el crecimiento personal a través de la ciencia ficción y lo iniciático. Aunque actualmente no está disponible, estoy valorando volver a publicarla… con alguna que otra sorpresa. Pero eso, más adelante.


Comprar «Iris», de Teresa Valencia del Rincón: https://amzn.to/4kuc6Os

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *